miércoles, 7 de abril de 2010

Para amenizar el rato (anónimo) : relato de una controladora aérea

Me han mandado un mail que me ha encantado. Los que me conocéis sabéis que me unen muchas cosas al mundo de la aviación, un hermano piloto y muchos buenos amigos controladores, y que estoy puntualmente informada de cómo van las cosas.
Últimamente estamos asistiendo a un linchamiento total por parte de los medios de comunicación y politicuchos de pacotilla, que se saltan la legalidad vigente con tal de conseguir sus oscuros fines, y el correo que me ha llegado ilustra un poco el ambiente que tienen que vivir estos profesionales, y que creo que es bastante ilustrativo, espero que os guste :

ESTABA YO A PUNTICO DESPEGAR Y...

"El punto de espera de Barajas estaba petado, y todo dios empezó a protestar: que si ése se cuela, que si aquel también, y entonces, magia potagia, un señor dijo: esto son los controladores.
Y dije yo, pues mira coño, te lo voy a explicar y en voz bien alta, para que se entere medio avión, que nada más oír la palabra controlador puso la oreja tiesa.

Le dije que hay aviones grandes y pequeños, que los grandes producen corrientes de aire enormes que derriban a los pequeños si no se espera y que, como suelen ser más rápidos se los comen.
Que no es lo mismo tener pistas paralelas que cruzadas, ni volar por rutas distintas o iguales, ni tener horas de salida concretas, como cuando pides hora para el taller o no, y que si nosotros queremos despegar, a otros les mola aterrizar, y no hay una pista para cada uno, que AENA no programa personal suficiente para ahorrar, y si usted sólo puede cargar con dos bolsas del Pryca y le dan cuatro, tendrá que hacer dos viajes, sí o sí.
En definitiva, que aquello no funcionaba como la cola de una carnicería.

Una señora muy maja (la esposa del que empezó), dijo: ya, pero ganáis mucho dinero, con lo que pasamos a que (mientras yo pensaba en qué coño tendrá que ver el culo con las témporas, y vaya tela qué forma tan estúpida de razonar tiene el español medio, dios nos pille confesados), trabajamos noches, fiestas de guardar, fines de semana y el verano entero.
YO, QUE YA SABÉIS TODOS LO CASADA QUE ESTOY, nunca coincido con mi marido, que curra en un banco, y con nuestros tres hijos no sabemos ni qué hacer. Hasta le dije que mi vida sexual era un desastre (el consabido toque de color que tanto mola hoy en día), y que siempre estaba cansada, míreme las ojeras y la mala cara que tengo, señora (que llevo treinta horas de avión, aunque eso a usted no le interesa, of course). Y que más pasta sólo hace que lleve las bolsas del Pryca con más ilusión, pero siguen yendo de dos en dos.

Añadí que Belén Esteban se levanta un pastizal sin rascarla, que los dentistas, cirujanos plásticos, notarios, arquitectos, albañiles y electricistas también ganan un pastón y encima en negro. Y qué decir de los pilotos. Propuse que les diésemos de hostias a ellos también al salir del avión.

Lo cachondo fue cuándo le pregunté a la señora que cuánto había costado su piso, porque el de Pepino era de 100.000 eurrols y a medias con su mujer. Resulta que el de la señora era más caro, y le pregunté si le parecía normal vivir en un piso mejor que el del ministro. Flipó.

También me contó lo de las huelgas, y dije que a quien me enseñase en algún periódico una convocatoria oficial de huelga de controladores le pagaba una comida en el Koldo (a 150 pavos por persona). Seguro que alguno se está dejando los ojos en la hemeroteca de Can Pastilla.

Añadí que yo no sabía cuánto había estudiado ella, pero que yo hablo tres idiomas, tengo dos carreras y un máster. Dijo que bueno, que claro, que era un trabajo que requería una buena preparación.

También les expliqué que yo no robo extras, me las proponen, las acepto y las cobro, y que las hago porque la empresa no pone más personal, cosa de la que yo no tengo la culpa, que mi nómina la firma el tronco de recursos humanos, no mi prima la del pueblo, que declaro a Hacienda y que mi sueldo supone un euro de cada billete de avión, o sea que el que no vuela no paga, mientras que el sueldo de los políticos, que se rascan los huevos a dos manos y que sí roban lo pagamos todos.

También les pregunté si alguno había visto bajar los precios de los aviones, y resulta que montón de peña había tenido que pagar por la segunda maleta. Jiji.

Después precedí a realizar una encuesta entre los atentos oyentes: vamos a ver, a vosotros os dicen que os van a doblar el sueldo cada mes ¿y alguno de vosotros dice no, por favor, es demasiado?..."
Aquí hubo descojono general.

Luego resulta que a la buena mujer casi le revienta el tímpano en el descenso, con lo que, con todo mi morro y muy seria, le dije a la azafata que le pidiera al piloto que por favor bajara más despacio. Puso cara de por supuesto, ahora mismo voy...a pintarme al baño y acto seguido yo le dije a la tía: ¿lo nota? el piloto ya baja más despacio.
La azafata le trajo un vaso de plástico con una servilleta mojada en agua caliente y le dijo que se lo pusiera en la oreja. Yo le pedí otro y una cuerdita para unir los dos y hablar con la señora para distraerla.

Al final nos hemos hecho amigas y los controladores somos muy majos y los pilotos también, jaté."

No hay comentarios: